miércoles, abril 26

Como dueles al deslizarte por mi rostro,
en tu camino llevas en un sin fin de recuerdos,
cada cual, más valioso que ningún otro,
y dejas una herida profunda por tu recorrido.

Constante peso material, que tienes mi alma herida,
con tu fuerza consigues sacar de mi esta lágrima,
alcanzas esa distancia tan larga, tan sufrida.

Hoy no es un día de sonrisas y de ilusiones,
mi dulce e inocente princesa, hoy esta lágrima,
te la debo a ti, dueña y señora de mis emociones.

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